Mo de Movimiento: ¿y si reflexionas mientras comes?

Por Carla Mouriño

Si vives en Madrid, es más que probable que hayas oído hablar de él, incluso que te hayas sentado en una de sus mesas y que hayas subido una foto a tu Instagram de su terraza interior, repleta de naranjos y con el cielo como techo. La calle Espronceda tiene un nuevo vecino que ha llegado dispuesto a revolucionar la forma en que se sale a cenar.

Sus creadores quieren que pensemos, nos invitan a mirar más allá de la comida.

Mo de Movimiento es una iniciativa que forma parte de Proyectos Conscientes, una compañía que nace con el propósito de transformar las ciudades desde el ocio urbano.

Y han empezado con una pizzería, como ellos mismos se definen, con un ticket medio de 25 euros, en la que lo importante recae en la reflexión al estar y al marcharse.

Que todos sus clientes entiendan lo que significa Mo de Movimiento desde su nacimiento hasta su funcionamiento actual es una de las preocupaciones de Felipe Turell, CEO y co-fundador del proyecto. Este exdirector en una cadena hotelera apasionado por la gastronomía, tras formarse en Amsterdam y visitar todos los rincones de la geografía española, ha construido, junto a su socio Javier Antequera y a su equipo, un refugio en mitad de la ciudad. Allí todo está pensado para dejar la mínima huella posible y generar el mayor impacto positivo en la cadena que forma parte del restaurante.

Metiéndose de lleno en la corriente del emprendimiento con propósito, su mayor reto inicial fue la necesidad de formar un equipo multidisciplinar en el que cada proyecto dentro de Mo de Movimiento fuese llevado a cabo por los mejores expertos en su área, y hacer que todo eso encajase con el resultado final. Desde la recuperación del material en ruinas del antiguo Teatro Espronceda de la mano del diseñador Lucas Muñoz, el sistema de calefacción, de recuperación de agua, hasta la selección de proveedores y trabajadores.

Porque Mo de Movimiento tiene una vertiente de sostenibilidad ambiental, pero también un componente social. Querían que el sentido de su existencia fuese completo y apostaron por la contratación de empleados a través de la fundación Fogones de Tomillo, Norte Joven y Fundación Raíces, que trabajan con jóvenes en riesgo de exclusión, a los que forman para favorecer su reinserción en el mercado laboral.

La relación con los proveedores

Turell se recorrió España en busca de otros proyectos de productores que encajasen con el modelo de Mo de Movimiento. Producciones pequeñas, empresas que estaban naciendo, que utilizan métodos de producción que respetan el medioambiente y que buscan la excelencia en cuanto a calidad. Trabaja con Rubén Valbuena de Quesería Cultivo, con Granjea, que crían pollos ecológicos, o con Los Confites, una producción agrícola de la Vera.

¿Su relación con ellos? Basada en la retroalimentación. Mo de Movimiento no solo les compra, sino que trabaja mano a mano con sus principales fuentes de materia prima para conseguir mejorar su eficiencia y ayudarles a ser cada vez más sostenibles. A nivel logístico luchando por evitar desperdicios han reducido el uso de plásticos y el aceite se entrega en bidones reutilizables, por ejemplo.

Su objetivo de aquí a final de año es el crecimiento y la consolidación de Mo de Movimiento no solo como sitio de comidas, sino como referencia de ocio consciente en Madrid. Por eso tienen pensado empezar a organizar charlas, poner en marcha un centro de formación y seguir invitando a la reflexión a todo aquel que se siente a su mesa.