Kasanova

Comida

En Kasanova se come genial. Punto. Es uno de esos lugares, rara avis hoy en día, en el que el foco está mucho más en lo que saben hacer fenomenal y menos en adornos superfluos. En cualquier caso, su carta está llena de greatest hits.

Éramos tres y decidimos apostar por la variedad: entrante, pasta y pizza. La burrata de Puglia, con una salsa de tomate, es de las que se deshace al cortarla. Los tagliatelle de pasta tartufata estaban llenos de sabor y la pizza, de masa fina, de prosciutto e funghi tiene jamón bueno y champiñones que han cortado ellos. Pedimos la focaccia para acompañar y acertamos. Nunca dirías que no son italianos.

Espacio

Comimos en la terraza, en el bulevar de la calle Alcalde Sainz de Baranda, que es muy agradable cuando llega el buen tiempo. Para nosotras, es mucho mejor opción que el interior. Las familias y los grupos de amigos son habituales y le dan un ambiente de jolgorio constante, ajeno al cercano festival de terrazas de Menéndez Pelayo. Además, tienen una pérgola que asegura el resguardo si hace mal tiempo.

Nos ha flipado

Lo sorprendentemente bueno que está todo. A priori podría no llamar tu atención, pero la comida cumple con nota, el servicio es amable y, como puntazo: tiene casi 1.000 referencias de destilados, así que tienes la excusa perfecta para tomarte una copa diferente al solecito de la tarde que empieza.