Lambuzo
Comida
La carta, para devorar en barra, mesa alta o mesa baja, los diferentes tamaños de la ración y una propuesta amplia están pensados para ponértelo todo fácil. No son grandes innovaciones, ni pretenden serlo. Está to-do bueno. Imposible que no caigan unas frituras (el adobo gaditano es must) y una de esas ensaladillas rusa como las de las madres. Un auténtico “lambuzo” al que le guste probar de to’ y repetir lo que más le ha gustado tendrá que volver varias veces para picotearlo todo. PD. No pierdas de vista las hamburguesitas y la carne “mechá”. También te pueden conquistar el corazón.
Espacio
Sus locales son sencillos, la madera en mesas, sillas y barra consigue un efecto muy acogedor y cálido: más clásico el de Callao y más “pijo” el de Retiro. De acompañamiento un poco de música que transmite esa sensación de jolgorio sin entorpecer la conversación. Su ambiente luminoso y buenrollero es versátil y acertado para ir con amigos, en pareja, con papis, con suegros y, según nos comentan, hasta en primeras citas.
Nos ha flipado
Ir a Lambuzo es como cogerse el coche y bajarse a Cádiz pero ahorrando en gasolina y en horas de carretera, vamos, teletransportarse a bocados.
La relación calidad-precio es difícil de encontrar en Madrid. Al borde de Andalucía.
Sin lugar a dudas, comes a gusto, estás a gusto y pagas a gusto, para que fluya todo lo demás.