Being biotiful: Chloé Sucrée, cocinar y alimentarse bonito
Lo que comenzó con un blog de recetas y fotografías magníficas se ha transformado en un suculento proyecto con dos libros publicados, un tercero en marcha y un método semanal de alimentación saludable.. Y todo lo ha hecho ella solita. Hablamos con Chloé Sucrée, de Being Biotiful.
Sin duda, la cabeza de esta mujer nacida en Bruselas y que ha residido en Bélgica, Marruecos, París, California, Madrid, Perú, Vietnam y Barcelona, tiene que estar verdaderamente bien compartimentada. De lo contrario es complicado entender tanta creatividad, productividad y conciliación familiar.
A Chloé se le adivina inteligente, perseverante y muy brillante. Asegura que siempre se sintió muy interesada “por la comida, las recetas, los alimentos, los mercados… en definitiva, todo lo que conlleva comer bien”. “Fue a raíz de ciertos malestares debidos a una alimentación que no me sentaba bien, cuando me interese más a fondo”, cuenta.
Compromiso sostenible
Desde hace tiempo, al menos desde la creación de su blog, germen de un proyecto amplio, pero muy bien cohesionado, le interesa la alimentación sostenible, de temporada, basada en vegetales, simple y sabrosa. “Sin complicaciones y que me haga sentir bien”, resume.
Entiende la sostenibilidad como una obligación y responsabilidad de todos. Y comparte algunos gestos: planificarse, es decir, con una lista meditada y con el objetivo de no desperdiciar, a granel y usando el menor plástico, así como reducir el consumo de carne.
¿Dónde lo hace ella? En mercados tradicionales, en La Rural de Collserolla y también en Veritas, Obbio y en Freefood.
Sobre el agradecimiento
Vuelve la mirada atrás, cuando su cuenta de Instagram empezó a ser la ventana en la que compartía inquietudes y posibilidades, y confiesa sentirse muy agradecida. En cuanto al balance, responde: “Es un sueño hecho realidad, en serio. Cada mañana, me levanto y me digo: ‘qué suerte tengo de hacer lo que me apasiona cada día’. No ha sido siempre fácil ni sigue siéndolo a veces, pero el balance es magnífico. Estoy sumamente agradecida”.
Ha publicado dos libros con sus recetas y magníficas fotografías. Ha puesto en marcha un plan semanal de cocina saludable con una acogida espectacular. Y en marzo, nos anuncia, publicará un tercer volumen. Además, su blog pasó a ser una web con tienda incluida en la que, junto con los libros, pueden adquirirse algunos utensilios de cocina. Todo, claro, con esa bella utilidad que caracteriza su estilo.
Nos surge una curiosidad: ¿Si abrimos la nevera de Chloé Sucrée qué encontraremos? “Yogur griego, sauerkraut, semillas de cáñamo, mantequilla de cacahuete, alcaparras, tofu, quesos varios, verduras de temporada (muchas), cremas, patés vegetales, leches vegetales…”, enumera.
En cuanto a su alimento favorito, tras asegurar que la elección no es fácil, se decanta por el limón porque “puede darle el toque final a un plato”. Como pueden también hacerlo las especias y hierbas aromáticas, que a ella apasionan.
Vuelta a la infancia
Para esta emprendedora tan, tan creativa, la cocina son recuerdos: “Una receta muchas veces nos cuenta una historia, un recuerdo, con quién la preparaste, qué música escuchabas, si fue durante un viaje… La cocina nos teletransporta”.
Su infancia puede resumirse en una receta: “Le stoemp de mi madre. Comparto una receta parecida en Simply Biotiful, mi segundo libro. Es el plato de mi infancia, superreconfortante”.
En cuanto a sus referencias, responde: “Me encanta Salt, Fat, Acid, Heat de Samin Nosrat, el libro básico de cocina. Aran Goyoaga es una artista de la pastelería sin gluten y sus fotografías son preciosas. ¡Y Ottolenghi es un crack!”.