Taquería Mi Ciudad
Comida
Javier Aznar chivó en su podcast que era uno de los sitios favoritos del equipo de Ferran Adriá cuando estaban en Madrid y allí que fuimos sabiendo que no podía fallar la mano cocinera. Con una carta que se reduce a tamales y tacos de decenas de sabores, nosotros optamos por compartir varios de diferentes carnes y cocciones. Nos encontramos con salsas de las de verdad a base de chocolates, frutos secos y chiles. En nuestro caso, las elecciones fueron menos picantes, pero no por ello con menos gracia.
Aunque sin lugar a dudas, hay uno que sigue siendo el rey: el taco al pastor es otro rollo.
El espacio
Algunos parroquianos se toman una caña en la barra mientras parejas están de cita de viernes, y otros turistas, de los curiosos, buscan un espacio en las pequeñas mesas sin mantel para apoyar su cámara.
Cómo podemos explicaros que la pared del color fucsia menos acertado posible, los espejos, la luz blanca y la barra a la altura de bar de señores del mediterráneo crean un espacio fantástico para estar, beber y reír con amigos, sin pretensiones ni engaños.
Nos ha flipado
La autenticidad. No pretenden demostrar nada, las cosas allí son como las ves. Los ingredientes son frescos, el precio es lo más. Si a eso le sumamos la amabilidad de los camareros y lo buenos que están los margaritas, tienes el sitio al que llevar a una persona que no se deje llevar por prejuicios (y que valore comer bien).
Y ese pastor, tan sencillo y modesto en apariencia, supera a la mayoría de los platos de algunos restaurantes de Madrid por, probablemente, un cuarto de su precio.