Izakaya Han
Espacio
Haciendo honor a las tabernas japonesas, predomina la madera, que da calidez al local. El ambiente es íntimo y tranquilo. La planta tiene forma de tubo (como un pasillo amplio), por lo que es fácil estar lejos de las ventanas. Las mesas más privilegiadas son las cercanas a la barra, desde donde se puede ver al chef preparando los platos: los rolls y nigiris los acaban allí para que puedas verlo en riguroso directo.
Comida
Izakaya Han es uno de esos lugares (habituales por las ciudades europeas, pero que cuesta encontrar en España) en los que se puede comer sushi de pescado de calidad y a buen precio. Nigiris de vieira y un par de rolls riquísimos: el de atún picante presentado en forma tartar y el de salmón, con la proporción justa de mayonesa, aguacate y queso. El sabor sorprende.
Detrás de todo ello está una pareja de coreanos y nos dejamos llevar por la recomendación de la casa: el Dakgangjeong, un agridulce pollo crujiente que nos dejó llenas y con la sensación de haber disfrutado como pocas veces comiendo sushi en Madrid. Que no falte variedad.
Nos ha flipado
Han sabido mantener el equilibrio entre la delicadeza (en el producto, en la elaboración, en el espacio) y la personalidad (de sus salsas, del trato). No es fácil encontrar restaurantes que ofrezcan innovación en sushi de producto. Aquí no solo está bueno, sino que sorprende. Es una propuesta honesta, con cero pretensiones. Vas a comer sushi, comes bien, en cantidad, y el servicio es amable y zen, como sus anfitriones.